martes, marzo 20, 2007

El diario 'extraviado' de una documentalista de prensa

RHA son las iniciales de mi ex compañera de trabajo en el Centro de Documentación Periodística del diario en donde trabajo desde hace doce años y en el que ella laboró hasta fines del mes pasado porque, como solemos decir, tiró la toalla. Cansada, frustrada de ver como cada día era menospreciado su trabajo y su esfuerzo, decidió dedicarse a otra cosa, cambiar de profesión. “Incluso abogánster”, sentenció antes de irse para siempre. Sabedor yo de que ella llevaba un diario personal de sus jornadas en el diario en donde dejaba sus impresiones del día a día con periodistas que muchas veces ni siquiera recordaban su nombre, le pedí que me dejara consultar una parte de él para utilizarlo en mi tesis de Maestría sobre Documentación y Periodismo. “Haz lo que quieras con él”, me dijo y me lo arrojó con el mismo desinterés con que arrojó seis años de su vida en este sitio. Yo le he tomado la palabra y he decidido empezar a publicarlo aquí, ya que no tengo tiempo para escribir los post que quisiera. El Diario se inicia en enero del 2005. Gracias, R.



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Miércoles 4 de enero
Querido Diario:

Hoy vino Dios al archivo y no estuve yo para recibirlo. Como recordarás, todavía sigo con esa estúpida gripe de verano que no me suelta. Y como también recordarás, Dios en este diario tiene forma de mujer. Hoy se dignó bajar hasta el archivo en su forma humana de OM. Sí, esa enana terrible que colecciona premios como yo novios. Pero bueno, que le vamos a hacer. Ella es así, regia, acaparadora (¡Qué deje un premio para los demás, hombre!). La verdad de la milanesa, como se dice, es que se lo merece porque es una buena periodista. Y yo en el fondo, creo, le tengo envidia. Se ve bien, escribe bien, investiga bien, pero ¿se documenta bien, también?

OM es el primer caso del que tengo noticia de una periodista de éxito que se acerca tan poco al archivo que la conozco gracias a las fotografías que de ella aparecen en el diario recibiendo alguno de sus premios. Porque por el archivo, casi ni se aparece. Es posible, claro está, que se documente en otros lados, pero ¿no es en el archivo de su propio medio, lo que éste publicó, dónde debe empezar su investigación y reporteo? ¿Acaso nuestro archivo electrónico, que apenas se remonta a diez años atrás, es tan bueno que allí obtiene todas sus respuestas? A este paso, yo, documentalista de prensa, ¿me convertiré en una pieza de museo? Cabe también la posibilidad de que sea un caso de periodista con archivo periodístico propio (como el que tengo yo en mi casa y que siempre digo que voy a desaparecer cuando me case, porque no creo que consiga marido que me acepte con él). O tal vez su caso sea el de muchos otros periodistas que creen que todo está en Internet, que la han convertido en la biblioteca por excelencia de la nueva generación de periodistas que pululan por el diario. En fin, no sé.

OM es el ejemplo paradigmático del periodismo de nuestro tiempo, al menos el que se practica por estos lados. Bien hecho, bien escrito, pero escasamente documentado por una sencilla razón: no lo necesita. Existe la creencia de que el lector no lee mucho y sólo necesita lo mínimo necesario para entender la información, lo que se traduce en una nota tan bien escrita que se confunde periodismo con literatura. Aprecian más lo mejor escrito que lo mejor investigado, que lo mejor documentado. A este paso, me voy a quedar sin chamba.

Bueno Diario, te dejo. Voy a leer algo antes de irme a dormir para olvidarme del mal rato que el zonzo de GB me hizo pasar hoy. Mañana te cuento. ¡Fue horrible!